Fondare 195 Risultati per: Cuerpo

  • Él, en los primeros tiempos de la ruptura con el paganismo, había abrazado la causa del Judaísmo, entregándose a ella en cuerpo y alma, con una gran entereza. (II Macabeos 14, 38)

  • Después, el que se había entregado por entero, en cuerpo y alma, combatiendo en primera línea por sus compatriotas, el que había conservado hacia ellos el afecto de su juventud, mandó cortar la cabeza y un brazo entero de Nicanor, y ordenó que los llevaran a Jerusalén. (II Macabeos 15, 30)

  • y que al fin tengas que gemir, cuando estén consumidos tu cuerpo y tu carne. (Proverbios 5, 11)

  • Un corazón apacible es la vida del cuerpo, pero la envidia corroe los huesos. (Proverbios 14, 30)

  • Las palabras amables son un panal de miel, dulce al paladar y saludable para el cuerpo. (Proverbios 16, 24)

  • Una advertencia más, hijo mío: multiplicar los libros es una cosa interminable y estudiar demasiado deja el cuerpo exhausto. (Eclesiastés 12, 12)

  • La Sabiduría no entra en un alma que hace el mal ni habita en un cuerpo sometido al pecado. (Sabiduría 1, 4)

  • cuando esta se extinga, el cuerpo se reducirá a ceniza y el aliento se dispersará como una ráfaga de viento. (Sabiduría 2, 3)

  • o más bien, siendo bueno, vine a un cuerpo sin mancha; (Sabiduría 8, 20)

  • porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma y esta morada de arcilla oprime a la mente con muchas preocupaciones. (Sabiduría 9, 15)

  • Él venció la animosidad divina, no con la fuerza del cuerpo ni con el poder de las armas, sino que, por medio de la palabra, hizo entrar en razón al que infligía el castigo, recordándole las alianzas y los juramentos hechos a los Padres. (Sabiduría 18, 22)

  • una pasión encendida como el fuego ardiente no se extinguirá hasta quedar consumida; un hombre lleno de lujuria en su cuerpo carnal no cesará hasta que el fuego lo abrase; para el lujurioso toda comida es dulce, y no se calmará hasta que haya muerto. (Eclesiástico 23, 17)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina