Fondare 42 Risultati per: Dices

  • Menos aún cuando tú dices que no lo ves, que hay un juicio pendiente ante él, y que tú lo esperas. (Job 35, 14)

  • Si dices: "¡Este no es asunto mío!", ¿no lo tendrá en cuenta el que pesa los corazones? Aquel que te observa lo sabrá y retribuirá a cada uno según sus obras. (Proverbios 24, 12)

  • ¿Por qué dices, Jacob, y lo repites tú, Israel: "Al Señor se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios"? (Isaías 40, 27)

  • Y ahora, escucha esto, voluptuosa, tú, que reinas confiada y dices en tu corazón: "¡Yo, y nadie más que yo! ¡Nunca me quedaré viuda ni me veré privada de hijos!". (Isaías 47, 8)

  • Te has cansado de tanto caminar, pero no dices: "¡Es inútil!". Has renovado la fuerza de tu brazo, y por eso no te has debilitado. (Isaías 57, 10)

  • No dejes que tus pies queden descalzos ni que tu garganta sienta sed. Pero tú dices: "¡No hay nada que hacer! ¡No! A mí me gustan los extranjeros y quiero ir detrás de ellos". (Jeremías 2, 25)

  • tú dices: "Sí, soy inocente, seguramente su ira se ha apartado de mí". Pero yo entro en juicio contigo, porque tú dices: "No tengo pecado". (Jeremías 2, 35)

  • Pero Godolías, hijo de Ajicám, respondió a Iojanán, hijo de Caréaj: "No hagas eso, porque es falso lo que tú dices acerca de Ismael". (Jeremías 40, 16)

  • Azarías, hijo de Maasías, Iojanán, hijo de Caréaj, y todos aquellos hombres arrogantes dijeron a Jeremías: "¡Es falso lo que tú dices! No es el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decirnos: ‘No entren en Egipto para residir allí’. (Jeremías 43, 2)

  • Tú dices: ‘¡Pobre de mí, porque el Señor añade aflicción a mi dolor! ¡Estoy cansado de gemir, y no encuentro descanso!’. (Jeremías 45, 3)

  • ¿Por qué te glorías de los valles, de tu fértil valle, hija apóstata, tú que confías en tus tesoros y dices: "¿Quién me atacará?". (Jeremías 49, 4)

  • Habla y di: Así habla el Señor: Aquí estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto, enorme dragón recostado en el cauce de sus Nilos, que dices: "El Nilo me pertenece, yo mismo me lo hice". (Ezequiel 29, 3)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina