Fondare 131 Risultati per: Isaac

  • Después salió su hermano, que con su mano tenía agarrado el talón de Esaú. Por ello lo llamaron Jacob. Cuando nacieron, Isaac tenía sesenta años. (Génesis 25, 26)

  • Isaac quería más a Esaú, porque las presas de caza eran su plato preferido; pero Rebeca sentía más cariño por Jacob. (Génesis 25, 28)

  • Luego, aquella región volvió a padecer hambre -aparte de la que había padecido anteriormente, en tiempos de Abraham- e Isaac se fue a Guerar, donde estaba Abimélec, el rey de los filisteos. (Génesis 26, 1)

  • Mientras Isaac estaba en Guerar, (Génesis 26, 6)

  • Ya hacía bastante tiempo que se encontraba allí, cuando Abimélec, el rey de los filisteos, al mirar por la ventana, vio que Isaac estaba acariciando a su esposa Rebeca. (Génesis 26, 8)

  • Abimélec lo mandó llamar y le dijo: "No cabe ninguna duda: ella es tu esposa. ¿Cómo dijiste entonces que era tu hermana?". Isaac le respondió: "Porqué pensé que podían matarme a causa de ella". (Génesis 26, 9)

  • Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó el ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido. (Génesis 26, 12)

  • Y Abimélec dijo a Isaac: "Aléjate de nuestro lado, porque tú has llegado a ser mucho más poderoso que nosotros". (Génesis 26, 16)

  • Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Guerar, donde se estableció. (Génesis 26, 17)

  • Pero cuando los servidores de Isaac, que habían estado cavando en el valle, encontraron un manantial, (Génesis 26, 19)

  • los pastores de Guerar discutieron con los de Isaac, diciendo: "Esta agua es nuestra". Entonces Isaac llamó a ese pozo Esec, que significa "Litigio", porque allí habían litigado con él. (Génesis 26, 20)

  • Después cavaron otro pozo, y volvió a producirse un altercado a causa de él. Por eso Isaac lo llamó Sitná, que significa "Hostilidad". (Génesis 26, 21)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina