Fondare 677 Risultati per: Manos

  • Te ven las montañas y se espantan, pasa una lluvia torrencial, el océano hace oír su voz y levanta sus manos en alto. (Habacuc 3, 10)

  • Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos! (Sofonías 3, 16)

  • Yo he llamado a la sequía sobre la tierra y sobre las montañas, sobre el trigo, el vino nuevo, el aceite fresco y sobre todo lo que produce el suelo, sobre los hombres y los animales, y sobre todo el trabajo de sus manos. (Ageo 1, 11)

  • ¡Ánimo, Zorobabel! -oráculo del Señor-. ¡Ánimo, Josué, hijo de Iehosadac, Sumo Sacerdote! ¡Ánimo, todo el pueblo del país! -oráculo del Señor-. ¡Manos a la obra! Porque yo estoy con ustedes -oráculo del Señor de los ejércitos- (Ageo 2, 4)

  • Entonces Ageo tomó la palabra y dijo: "¡Así es este pueblo! ¡Así es esta nación delante de mí! -oráculo del Señor-. ¡Así es toda la obra de sus manos! ¡Y lo que ellos ofrecen aquí es impuro!". (Ageo 2, 14)

  • Yo los castigué con la sequía, el pulgón y el granizo en toda la obra de sus manos, ¡pero ustedes no han vuelto a mi! -oráculo del Señor-. (Ageo 2, 17)

  • Las manos de Zorobabel pusieron los cimientos de esta Casa, y sus manos la terminarán. Así sabrán que me ha enviado a ustedes el Señor de los ejércitos. (Zacarías 4, 9)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: Que se fortalezcan las manos de ustedes, los que escuchan en estos días, de la boca de los profetas, estas palabras pronunciadas desde el día en que se pusieron los cimientos de la Casa del Señor de los ejércitos, para la reconstrucción del Templo. (Zacarías 8, 9)

  • Y así como ustedes, pueblo de Judá y pueblo de Israel, fueron una maldición entre las naciones, así yo los salvaré, y ustedes serán una bendición. ¡No teman! ¡Que sus manos se fortalezcan! (Zacarías 8, 13)

  • No, ya no tendré compasión de los habitantes del país -oráculo del Señor- y entregaré a cada uno en manos de su vecino y en manos de su rey; ellos aplastarán el país, y yo no los libraré de sus manos. (Zacarías 11, 6)

  • Y ahora, aplaquen el rostro de Dios, para que él tenga piedad de nosotros. Todo esto viene de las manos de ustedes, ¿acaso él se les mostrará favorable?, dice el Señor de los ejércitos. (Malaquías 1, 9)

  • ¿No habrá alguien entre ustedes que cierre las puertas, para que no enciendan en vano el fuego de mi altar? Yo no me complazco en ustedes, dice el Señor de los ejércitos, y no acepto las ofrendas de sus manos. (Malaquías 1, 10)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina