Fondare 32 Risultati per: Miqueas
Había un hombre de la montaña de Efraím, llamado Miqueas. (Jueces 17, 1)
Así, cuando él devolvió la plata a su madre, ella tomó doscientos siclos de plata y se los entregó al orfebre. Este hizo una estatua revestida de metal fundido, y la pusieron en la casa de Miqueas. (Jueces 17, 4)
El rey de Israel dijo a Josafat: "Sí, queda todavía un hombre por cuyo intermedio se podría consultar al Señor. Pero yo lo detesto, porque no me vaticina nada bueno, sino sólo desgracias: es Miqueas, hijo de Imlá". "No hable el rey de esa manera", replicó Josafat. (I Reyes 22, 8)
Entonces el rey de Israel llamó a un eunuco y ordenó: "Que venga en seguida Miqueas, hijo de Imlá". (I Reyes 22, 9)
El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: "Mira que las palabras de los profetas anuncian a una sola voz buena fortuna para el rey. Habla tú también como uno de ellos, y anuncia la victoria". (I Reyes 22, 13)
Pero Miqueas replicó: "¡Por la vida del Señor, sólo diré lo que el Señor me diga!". (I Reyes 22, 14)
Cuando se presentó al rey, este le dijo: "Miqueas, ¿podemos ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debemos desistir?". Él le respondió: "Sube y triunfarás; el Señor la entregará en manos del rey". (I Reyes 22, 15)
Miqueas dijo entonces: "He visto a todo Israel disperso por las montañas, como ovejas sin pastor. El Señor ha dicho: Estos ya no tienen dueño; vuélvase cada uno a su casa en paz". (I Reyes 22, 17)
Miqueas siguió diciendo: "Por eso, escucha la palabra del Señor: Yo vi al Señor sentado en su trono, y todo el Ejército de los cielos estaba de pie junto a él, a derecha e izquierda. (I Reyes 22, 19)
Sedecías, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio una bofetada, diciendo: "¿Por dónde se me escapó el espíritu del Señor para hablarte a ti?". (I Reyes 22, 24)
Miqueas repuso: "Eso lo verás el día en que vayas de una habitación a otra para esconderte". (I Reyes 22, 25)
Entonces el rey de Israel ordenó: "Toma a Miqueas y llévalo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, el hijo del rey. Tú les dirás: (I Reyes 22, 26)