Fondare 183 Risultati per: Puertas

  • y había hecho levantar sus puertas hasta una altura de treinta y cinco metros, por veinte de ancho, para que pudiera pasar su poderoso ejército y desfilar su infantería. (Judit 1, 4)

  • Los niños languidecían, y las mujeres y los jóvenes desfallecían de sed y caían exhaustos en las plazas de la ciudad y en los umbrales de las puertas. (Judit 7, 22)

  • Judit adoró a Dios y les respondió: "Ordenen que me abran las puertas de la ciudad, para que yo salga a cumplir lo que acaban de expresarme". Ellos ordenaron a los jóvenes que le abrieran, como ella lo había pedido. (Judit 10, 9)

  • Luego te conduciré a través de la Judea hasta las puertas de Jerusalén, y pondré tu sitial en medio de ella. Tú los conducirás como a ovejas que no tienen pastor, y ni siquiera un perro se atreverá a ladrar ante ti. Todas estas cosas me fueron comunicadas anticipadamente, y yo he sido enviada a anunciártelas". (Judit 11, 19)

  • Esta la metió en la bolsa de las provisiones, y las dos salieron juntas, como lo hacían habitualmente, para la oración. Atravesaron el campamento y, bordeando el barranco, subieron la pendiente de Betulia hasta llegar a sus puertas. (Judit 13, 10)

  • Judit gritó desde lejos a los guardias de las puertas: "¡Abran, abran las puertas! Dios, nuestro Dios, está con nosotros para manifestar todavía su fuerza en Israel y su poder contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy". (Judit 13, 11)

  • Apenas escucharon su voz, la gente de la ciudad se apresuró a bajar a las puertas, y convocaron a los ancianos de la ciudad. (Judit 13, 12)

  • Todos acudieron rápidamente, desde el más pequeño hasta el más grande, porque les parecía increíble que hubiera vuelto. Abrieron las puertas para recibirlas, encendieron una hoguera para poder ver y se agolparon alrededor de ellas. (Judit 13, 13)

  • Después de franquear todas las puertas, se detuvo delante del rey. Él estaba sentado en su trono real, revestido con todos los atuendos de sus apariciones solemnes, cubierto de oro y piedras preciosas, e inspiraba un gran terror. (Ester 15, 9)

  • ya que su autor ha sido colgado ante las puertas de Susa con toda su familia: Dios, el soberano de todas las cosas, le ha infligido así el rápido castigo que merecía. (Ester 16, 18)

  • Porque no me cerró las puertas del seno materno ni ocultó a mis ojos tanta miseria. (Job 3, 10)

  • ¿Quién encerró con dos puertas al mar, cuando él salía a borbotones del seno materno, (Job 38, 8)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina