Fondare 379 Risultati per: Sangre

  • Luego añadió: "Dispérsense entre el pueblo y díganle que me traiga cada uno su buey o su oveja. Degüéllenlos aquí y coman; pero no pequen contra el Señor comiendo carne con sangre". Esa noche, cada uno llevó el buey que tenía a mano y lo degollaron en aquel lugar. (I Samuel 14, 34)

  • Él se jugó la vida cuando derrotó al filisteo, y el Señor dio una gran victoria a todo Israel. Si tanto te alegraste al verlo, ¿por qué vas a pecar con sangre inocente, matando a David sin motivo?". (I Samuel 19, 5)

  • Y ahora, ¡por la vida del Señor y por tu propia vida! es el mismo Señor el que te impide derramar sangre y hacerte justicia por tu mano. ¡Que tus enemigos y todos los que tratan de hacerte mal corran la misma suerte que Nabal! (I Samuel 25, 26)

  • que no tengas que sentir turbación ni remordimiento de conciencia, por haber derramado sangre sin motivo y por haberte hecho justicia por ti mismo. Y cuando el Señor te colme de bienes, acuérdate de tu servidora". (I Samuel 25, 31)

  • ¡Bendito sea tu buen tino, y bendita también tú, que hoy me has impedido derramar sangre y hacerme justicia por mí mismo! (I Samuel 25, 33)

  • Que ahora mi sangre no caiga en tierra lejos del rostro del Señor, porque el rey de Israel se ha puesto en campaña para buscar a una pulga, como quien persigue una perdiz en las montañas". (I Samuel 26, 20)

  • mientras David decía: "Que tu sangre recaiga sobre tu cabeza, ya que tu misma boca atestiguó contra ti, cuando dijiste: ‘Yo he dado muerte al ungido del Señor’". (II Samuel 1, 16)

  • ¡Montañas de Gelboé, que no caiga sobre ustedes rocío ni lluvia, ni se cubran de campos fructíferos! Porque allí fue mancillado el escudo de los héroes, el escudo de Saúl, ungido no con aceite, sino con sangre de heridos y grasas de guerreros. (II Samuel 1, 21)

  • Cuando Abner estuvo de vuelta en Hebrón, Joab lo llevó aparte a un lado de la entrada, como para hablar con él en privado, y allí lo hirió mortalmente en el bajo vientre, a causa de la sangre de su hermano Asael. (II Samuel 3, 27)

  • David se enteró en seguida de lo sucedido y exclamó: "Yo y mi reino somos inocentes para siempre, delante del Señor, de la sangre de Abner, hijo de Ner. (II Samuel 3, 28)

  • Con mucha más razón, ahora que unos hombres malvados han matado a un inocente en su propia casa y sobre su lecho, ¿no tendré que pedirles cuenta de su sangre y borrarlos de la tierra?". (II Samuel 4, 11)

  • Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: "¡Nosotros somos de tu misma sangre! (II Samuel 5, 1)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina