Fondare 92 Risultati per: brazo

  • El Señor lo juró por su mano derecha y por su brazo poderoso: "Nunca más daré tu trigo como alimento a tus enemigos, ni los extranjeros beberán el vino nuevo por el que tú has trabajado. (Isaías 62, 8)

  • Miré, y no había quien me socorriera; me sorprendí de que nadie me sostuviera. Entonces me socorrió mi brazo y mi furor me sostuvo. (Isaías 63, 5)

  • el que hizo marchar su brazo glorioso a la derecha de Moisés, el que separó las aguas delante de ellos, para ganarse un renombre eterno? (Isaías 63, 12)

  • Yo mismo combatiré contra ustedes con mano fuerte y brazo poderoso, con ira, furor y una gran irritación. (Jeremías 21, 5)

  • Con mi gran fuerza y mi brazo poderoso, yo hice la tierra, al hombre y los animales que están sobre la superficie de la tierra, y los entrego a quien me parece bien. (Jeremías 27, 5)

  • "¡Ah, Señor! Tú has hecho el cielo y la tierra con tu gran fuerza y tu brazo poderoso: para ti no hay nada imposible. (Jeremías 32, 17)

  • Tú has hecho salir a tu pueblo Israel del país de Egipto, con signos y prodigios, con mano fuerte y brazo poderoso, provocando un gran terror. (Jeremías 32, 21)

  • ¡Ha sido abatido el poder de Moab y se ha roto su brazo! -oráculo del Señor-. (Jeremías 48, 25)

  • El Señor decidió arrasar la muralla de la hija de Sión: tomó sus medidas y no retiró su brazo hasta dejarla derruida; cubrió de luto el antemural y el muro, que se desmoronaron juntamente. (Lamentaciones 2, 8)

  • Y ahora, Señor, Dios de Israel, que hiciste salir a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte, con signos y portentos, con gran poder y con el brazo en alto, haciéndote así un Nombre famoso hasta el día de hoy, (Baruc 2, 11)

  • Después dirigirás tu rostro y tu brazo desnudo hacia el asedio de Jerusalén y profetizarás contra ella. (Ezequiel 4, 7)

  • Por eso, dirás: Así habla el Señor: ¿Podrá florecer esa vid? ¿Acaso no se la arrancará de raíz y se cortarán sus frutos para que se sequen todos sus tiernos retoños? Sí, se secará, y no hará falta un brazo fuerte ni mucha gente para arrancarla de raíz. (Ezequiel 17, 9)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina