Fondare 928 Risultati per: caída de Jerusalén

  • Por las ciudades donde pasaban, transmitían las decisiones tomadas en Jerusalén por los Apóstoles y los presbíteros, recomendando que las observaran. (Hechos 16, 4)

  • Después de esto, Pablo se propuso ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. «Primero iré allí, decía, y luego tendré que ir también a Roma». (Hechos 19, 21)

  • Pablo había decidido pasar de largo por Éfeso, para no retrasarse demasiado en Asia. Estaba apurado porque, de ser posible, quería estar en Jerusalén el día de Pentecostés. (Hechos 20, 16)

  • Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí. (Hechos 20, 22)

  • Allí encontramos a algunos discípulos y permanecimos una semana con ellos. Estos, iluminados por el Espíritu, aconsejaban a Pablo que no subiera a Jerusalén, (Hechos 21, 4)

  • Este vino a vernos, tomó el cinturón de Pablo, se ató con él los pies y las manos, y dijo: «El Espíritu Santo dice: Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán a los paganos». (Hechos 21, 11)

  • Al oír estas palabras, los hermanos del lugar y nosotros mismos rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. (Hechos 21, 12)

  • Pablo respondió: «¿Por qué lloran así y destrozan mi corazón? Yo estoy dispuesto, no solamente a dejarme encadenar, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús». (Hechos 21, 13)

  • Algunos días después, terminados nuestros preparativos, subimos a Jerusalén. (Hechos 21, 15)

  • Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría. (Hechos 21, 17)

  • Ya iban a matarlo, cuando llegó al tribuno de la cohorte la noticia de que toda Jerusalén estaba convulsionada. (Hechos 21, 31)

  • el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados. (Hechos 22, 5)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina