Fondare 505 Risultati per: crimen de muerte

  • Por la fe, Henoc fue llevado al cielo sin pasar por la muerte. Nadie pudo encontrarlo porque Dios se lo llevó, y de él atestigua la Escritura que antes de ser llevado fue agradable a Dios. (Hebreos 11, 5)

  • Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar. (Hebreos 11, 12)

  • De ellos nace el pecado, y este, una vez cometido, engendra la muerte. (Santiago 1, 15)

  • sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados. (Santiago 5, 20)

  • Cristo murió una vez por nuestros pecados -siendo justo, padeció por los injustos- para llevarnos a Dios. Entregado a la muerte en su carne, fue vivificado en el Espíritu. (I Pedro 3, 18)

  • Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. (I Juan 3, 14)

  • El que ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, que ore y le dará la Vida. Me refiero a los que cometen pecados que no conducen a la muerte, porque hay un pecado que lleva a la muerte; por este no les pido que oren. (I Juan 5, 16)

  • Aunque toda maldad es pecado, no todo pecado lleva a la muerte. (I Juan 5, 17)

  • Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo. (Apocalipsis 1, 18)

  • No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de ustedes para que sean puestos a prueba, y tendrán que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida". (Apocalipsis 2, 10)

  • El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: la segunda muerte no dañará al vencedor». (Apocalipsis 2, 11)

  • Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios. (Apocalipsis 3, 2)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina