Fondare 239 Risultati per: cuatro jinetes

  • Cuando el sexto Ángel tocó la trompeta, escuché una voz que provenía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios. (Apocalipsis 9, 13)

  • Y esa voz dijo al sexto Ángel, al que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Ángeles que están encadenados junto al gran río Éufrates». (Apocalipsis 9, 14)

  • Y fueron soltados los cuatro Ángeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes y el año en que debían exterminar a una tercera parte de los hombres. (Apocalipsis 9, 15)

  • Su ejército constaba de doscientos millones de jinetes: yo pude oír este número. (Apocalipsis 9, 16)

  • En la visión vi así a los caballos y a los jinetes: los jinetes llevaban corazas de fuego, de jacinto y de azufre; la cabeza de los caballos se parecía a la de los leones, y su boca vomitaba fuego, humo y azufre. (Apocalipsis 9, 17)

  • Después vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. (Apocalipsis 14, 1)

  • los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. (Apocalipsis 14, 3)

  • Entonces, uno de los cuatro Seres Vivientes entregó a los siete Ángeles siete copas colmadas de la ira del Dios que vive por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 15, 7)

  • Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Seres Vivientes se postraron para adorar a Dios, que está sentado en el trono, y exclamaban: «¡Amén, aleluya!». (Apocalipsis 19, 4)

  • para devorar la carne de los reyes, de los grandes capitanes, de los poderosos, de los caballos y de sus jinetes; la carne de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes». (Apocalipsis 19, 18)

  • Saldrá para seducir a los pueblos que están en los cuatro extremos de la tierra, a Gog y Magog, a fin de reunirlos para la batalla. Su número será tan grande como las arenas del mar, (Apocalipsis 20, 8)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina