Fondare 62 Risultati per: deseo

  • Así los egipcios, a pesar de su deseo de comer, perdieron el apetito natural, ante el aspecto repugnante de los animales enviados contra ellos; tu pueblo, en cambio, sometido a privación por poco tiempo, participó de un manjar exquisito. (Sabiduría 16, 3)

  • Y el sustento que les dabas manifestaba tu dulzura hacia tus hijos, porque, adaptándose al gusto del que lo comía, se transformaba según el deseo de cada uno. (Sabiduría 16, 21)

  • Por eso también entonces, transformándose completamente, ella estaba al servicio de tu generosidad, que a todos alimenta, de acuerdo con el deseo de los que te suplicaban. (Sabiduría 16, 25)

  • No dejes que tu deseo y tu fuerza te lleven a obrar según tus caprichos. (Eclesiástico 5, 2)

  • Aparta tu vista de la mujer hermosa y no fijes los ojos en la belleza ajena: muchos se extraviaron por la belleza de una mujer, y por su causa el deseo arde como fuego. (Eclesiástico 9, 8)

  • Sí, en la senda trazada por tus juicios, esperamos en ti, Señor: tu Nombre y tu recuerdo son el deseo de nuestra alma. (Isaías 26, 8)

  • ¡Asna salvaje, habituada al desierto! En el ardor de su deseo aspira el viento: ¿quién puede refrenar su ansiedad? Los que la buscan no necesitan fatigarse, en su tiempo de celo se la encuentra. (Jeremías 2, 24)

  • ¿Acaso deseo yo la muerte del pecador -oráculo del Señor- y no que se convierta de su mala conducta y viva? (Ezequiel 18, 23)

  • Yo no deseo la muerte de nadie -oráculo del Señor-. Conviértanse, entonces, y vivirán. (Ezequiel 18, 32)

  • Tú diles, en cambio: "Juro por mi vida -oráculo del Señor- que yo no deseo la muerte del malvado, sino que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértanse, conviértanse de su conducta perversa! ¿Por qué quieren morir, casa de Israel?". (Ezequiel 33, 11)

  • porque sentían vergüenza de confesar el deseo que tenían de acostarse con ella, (Daniel 13, 11)

  • Después que lo hizo salir, mandó venir al otro y le dijo: "¡Raza de Canaán y no de Judá, la belleza te ha descarriado, el deseo ha pervertido tu corazón! (Daniel 13, 56)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina