Fondare 855 Risultati per: hermanos de José

  • Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. (II Tesalonicenses 3, 6)

  • En cuanto a ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien. (II Tesalonicenses 3, 13)

  • Si explicas todo esto a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado por las enseñanzas de la fe y de la buena doctrina que siempre seguiste fielmente. (I Timoteo 4, 6)

  • No reprendas a un anciano, sino exhórtalo como a un padre. Trata a los jóvenes como a hermanos, (I Timoteo 5, 1)

  • Que sus buenas obras den testimonio de ella; tiene que haber educado a sus hijos, ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los hermanos, socorrido a los necesitados y practicado el bien en todas sus formas. (I Timoteo 5, 10)

  • Y si sus dueños son creyentes, que no los respeten menos por el hecho de ser hermanos. Al contrario, que pongan mayor empeño en servirlos, porque así benefician a hermanos queridos en la fe. Enseña todo esto, e insiste en ello. (I Timoteo 6, 2)

  • Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. (II Timoteo 4, 21)

  • Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos, (Hebreos 2, 11)

  • cuando dice: Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea. (Hebreos 2, 12)

  • En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)

  • Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y participan de un mismo llamado celestial, piensen en Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos. (Hebreos 3, 1)

  • Tengan cuidado, hermanos, no sea que alguno de ustedes tenga un corazón tan malo que se aparte del Dios viviente por su incredulidad. (Hebreos 3, 12)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina