Fondare 150 Risultati per: isaac y rebeca

  • Pero Dios le respondió: "No, tu esposa Sara te dará un hijo, a quien pondrás el nombre de Isaac. Yo estableceré mi alianza con él y con su descendencia como una alianza eterna. (Génesis 17, 19)

  • Pero mi alianza la estableceré con Isaac, el hijo que Sara te dará el año próximo, para esta misma época". (Génesis 17, 21)

  • Cuando nació el niño que le dio Sara, Abraham le puso el nombre de Isaac. (Génesis 21, 3)

  • Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días, como Dios se lo había ordenado. (Génesis 21, 4)

  • Sara vio que el hijo de Agar, la egipcia, jugaba con su hijo Isaac. (Génesis 21, 9)

  • Entonces dijo a Abraham: "Echa a esa esclava y a su hijo, porque el hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac". (Génesis 21, 10)

  • Pero Dios le dijo: "No te aflijas por el niño y por tu esclava. Concédele a Sara lo que ella te pide, porque de Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre. (Génesis 21, 12)

  • Entonces Dios le siguió diciendo: "Toma a tu hijo único, el que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto sobre la montaña que yo te indicaré". (Génesis 22, 2)

  • A la madrugada del día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus servidores y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto, se dirigió hacia el lugar que Dios le había indicado. (Génesis 22, 3)

  • Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte, tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos. (Génesis 22, 6)

  • Isaac rompió el silencio y dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "Sí, hijo mío". "Tenemos el fuego y la leña, continuó Isaac, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?". (Génesis 22, 7)

  • Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña. (Génesis 22, 9)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina