Fondare 1069 Risultati per: nacimiento de Jesús

  • con los nombres de cada uno de sus hijos, según el orden de su nacimiento: Nebaiot, el primogénito de Ismael; luego Quedar, Abdeel, Mibsám, (Génesis 25, 13)

  • y los bendijo, diciendo: "El Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que fue mi pastor, desde mi nacimiento hasta el día de hoy, (Génesis 48, 15)

  • - seis en una piedra y seis en la otra - por orden de nacimiento. (Exodo 28, 10)

  • Los harás rescatar dentro del mes de su nacimiento, tomando como precio por el rescate cinco siclos -en siclos del Santuario- que equivalen a veinte gueras. (Números 18, 16)

  • mientras Holofernes, encantado con ella, bebió tanto vino como nunca lo había hecho en un solo día desde su nacimiento. (Judit 12, 20)

  • Después de esto, Job rompió el silencio y maldijo el día de su nacimiento. (Job 3, 1)

  • a ti fui entregado desde mi nacimiento, desde el seno de mi madre, tú eres mi Dios. (Salmos 22, 11)

  • Los impíos están extraviados desde el seno materno; desde su nacimiento se descarriaron los impostores. (Salmos 58, 4)

  • "Tú eres príncipe desde tu nacimiento, con esplendor de santidad; yo mismo te engendré como rocío, desde el seno de la aurora". (Salmos 110, 3)

  • Por el contrario, todos se veían penosamente forzados a participar del banquete ritual con que se conmemoraba cada mes el nacimiento del rey; y cuando llegaban las fiestas dionisíacas, se los obligaba a seguir el cortejo de Dionisos, coronados de guirnaldas. (II Macabeos 6, 7)

  • Pero sé que el Creador del universo, el que plasmó al hombre en su nacimiento y determinó el origen de todas las cosas, les devolverá misericordiosamente el espíritu y la vida, ya que ustedes se olvidan ahora de sí mismos por amor de sus leyes". (II Macabeos 7, 23)

  • Más vale el buen nombre que un buen perfume y el día de la muerte, más que el del nacimiento. (Eclesiastés 7, 1)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina