Fondare 35 Risultati per: ofrece

  • Diles además: Si un hombre de la casa de Israel o alguno de los extranjeros que residen en medio de ustedes, ofrece un holocausto o un sacrificio, (Levítico 17, 8)

  • Deberás considerarlo santo, porque él ofrece el alimento de tu Dios. Será santo para ti, porque yo, el Señor que te santifico, soy santo. (Levítico 21, 8)

  • Habla en estos términos a los israelitas: Si alguien ofrece como voto al Señor la suma equivalente a una persona, (Levítico 27, 2)

  • Harán todo esto, además del holocausto matutino, que se ofrece como holocausto perpetuo. (Números 28, 23)

  • Ellas les respondieron: "Sí, por ahí derecho, pero apúrense. Precisamente acaba de llegar a la ciudad, porque hoy se ofrece un sacrificio público en el lugar alto. (I Samuel 9, 12)

  • Y una vez pasado el mediodía, se entregaron al delirio profético hasta la hora en que se ofrece la oblación. Pero no se oyó ninguna voz, ni hubo nadie que respondiera o prestara atención. (I Reyes 18, 29)

  • A la hora en que se ofrece la oblación, el profeta Elías se adelantó y dijo: "¡Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy se sepa que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya hice todas estas cosas. (I Reyes 18, 36)

  • Yo sé, Dios mío, que tú sondeas el corazón y amas la rectitud: por eso, con rectitud de corazón, te he ofrecido espontáneamente todas estas cosas, y ahora veo con alegría que el pueblo aquí presente te ofrece sus dones generosamente. (I Crónicas 29, 17)

  • Ofrece tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los pecadores. (Tobías 4, 17)

  • Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza y cumple tus votos al Altísimo; (Salmos 50, 14)

  • El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; y al que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios". (Salmos 50, 23)

  • Hay una copa en la mano del Señor, con un vino espumante, lleno de aromas: la ofrece, y la sorben hasta el final, la beben todos los malvados de la tierra. (Salmos 75, 9)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina