Fondare 466 Risultati per: pecado oculto

  • Si obras bien podrás mantenerla erguida; si obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo". (Génesis 4, 7)

  • Luego el Señor añadió: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, (Génesis 18, 20)

  • Entonces Abimélec llamó a Abraham y le dijo: "¿Qué nos has hecho? ¿En qué te he ofendido, para que nos expusieras, a mí y a mi reino, a cometer un pecado tan grave? Tú has hecho conmigo lo que no se debe". (Génesis 20, 9)

  • ‘Díganle a José: Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal. Por eso, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre’". Al oír estas palabras, José se puso a llorar. (Génesis 50, 17)

  • El Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: "Esta vez debo confesar mi pecado. El Señor tiene razón, mientras que yo y mi pueblo estamos equivocados. (Exodo 9, 27)

  • Pero cuando el Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, reincidió en su pecado y endureció su corazón, lo mismo que sus servidores. (Exodo 9, 34)

  • El Faraón hizo venir de inmediato a Moisés y Aarón, y les dijo: "He pecado contra el Señor, su Dios, y contra ustedes. (Exodo 10, 16)

  • Por eso, perdona una vez más mi pecado, y rueguen al Señor, su Dios, para que al menos aparte de mí esta plaga mortífera". (Exodo 10, 17)

  • Pero la carne, el cuero y los excrementos, los quemarás fuera del campamento. Este es un sacrificio por el pecado. (Exodo 29, 14)

  • Cada uno de esos días ofrecerás un novillo como sacrificio de expiación por el pecado; lo ofrecerás sobre el altar para expiar por él y lo ungirás para consagrarlo. (Exodo 29, 36)

  • Moisés dijo a Aarón: "¿Qué te ha hecho este pueblo para que lo indujeras a cometer un pecado tan grave?". (Exodo 32, 21)

  • Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: "Ustedes han cometido un gran pecado. Pero ahora subiré a encontrarme con el Señor, y tal vez pueda expiar ese pecado". (Exodo 32, 30)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina