Fondare 430 Risultati per: pecado

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tu pueblo Israel y tráelo de nuevo a la tierra que diste a sus padres. (I Reyes 8, 34)

  • Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia, porque ellos pecaron contra ti, si oran hacia este lugar, si celebran tu Nombre y se convierten de su pecado, porque tú los humillaste, (I Reyes 8, 35)

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tus servidores y de tu pueblo Israel, mostrándoles el buen camino que deben seguir, y envía lluvia a la tierra que diste en herencia a tu pueblo. (I Reyes 8, 36)

  • si en el país al que han sido deportados reflexionan y se convierten, si en el país de sus vencedores te suplican, diciendo: ‘¡Hemos pecado, somos culpables, hemos cometido el mal!’; (I Reyes 8, 47)

  • Aquello fue una ocasión de pecado, y el pueblo iba delante de uno de ellos hasta Dan. (I Reyes 12, 30)

  • Esto fue una ocasión de pecado para la casa de Jeroboám, y provocó su destrucción y su exterminio de la faz de la tierra. (I Reyes 13, 34)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor; siguió el camino de su padre y persistió en el pecado con que este hizo pecar a Israel. (I Reyes 15, 26)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor; siguió el camino de Jeroboám y persistió en el pecado con que este hizo pecar a Israel. (I Reyes 15, 34)

  • Esto sucedió por el pecado que había cometido, haciendo lo que es malo a los ojos del Señor, siguiendo el camino de Jeroboám y persistiendo en el pecado que este había cometido al hacer pecar a Israel. (I Reyes 16, 19)

  • Pero él replicó: "¿Qué pecado he cometido para que pongas a tu servidor en manos de Ajab y él me haga morir? (I Reyes 18, 9)

  • Sin embargo, persistió en el pecado que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho cometer a Israel, y no se apartó de él. (II Reyes 3, 3)

  • El dinero de los sacrificios de reparación y de los sacrificios por el pecado, no se lo destinaba a la Casa del Señor, sino que era para los sacerdotes. (II Reyes 12, 17)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina