Fondare 4166 Risultati per: poder de Dios

  • En seguida, vi a los siete Ángeles que están delante de Dios, y ellos recibieron siete trompetas. (Apocalipsis 8, 2)

  • Y el humo de los perfumes, junto con las oraciones de los santos, subió desde la mano del Ángel hasta la presencia de Dios. (Apocalipsis 8, 4)

  • Del humo salieron langostas que se expandieron por toda la tierra, y estas recibieron un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra. (Apocalipsis 9, 3)

  • Se les ordenó que no dañaran las praderas ni las plantas ni los árboles, sino solamente a los hombres que no llevaran la marca de Dios sobre la frente. (Apocalipsis 9, 4)

  • Tenían colas con un aguijón como los escorpiones, y en ellas residía el poder para dañar a los hombres durante cinco meses. (Apocalipsis 9, 10)

  • Cuando el sexto Ángel tocó la trompeta, escuché una voz que provenía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios. (Apocalipsis 9, 13)

  • Porque el poder de esos caballos reside en su boca y en sus colas: sus colas son como serpientes, que tienen cabezas con las cuales hacen daño. (Apocalipsis 9, 19)

  • Pero el día en que suene la trompeta del séptimo Ángel y se escuche su voz, se cumplirá el misterio de Dios, conforme al anuncio que él hizo a sus servidores, los profetas». (Apocalipsis 10, 7)

  • Después recibí una vara para medir, semejante a un bastón, mientras me decían: «Levántate y mide el Templo de Dios, el altar y a los adoradores que encuentres allí. (Apocalipsis 11, 1)

  • Ellos tienen el poder de cerrar el cielo para impedir que llueva durante los días de su misión profética; y también, tienen poder para cambiar las aguas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plagas, todas las veces que quieran. (Apocalipsis 11, 6)

  • En ese momento se produjo un violento temblor de tierra que derrumbó la décima parte de la Ciudad, y el terremoto ocasionó la muerte de siete mil personas: los sobrevivientes quedaron atemorizados y alabaron al Dios del cielo. (Apocalipsis 11, 13)

  • Y los veinticuatro Ancianos que estaban sentados en sus tronos, delante de Dios, se postraron para adorarlo, diciendo: (Apocalipsis 11, 16)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina