Fondare 52 Risultati per: recuerdo

  • Yo recuerdo las proezas del Señor, sí, recuerdo sus prodigios de otro tiempo; (Salmos 77, 12)

  • que estén siempre delante del Señor, y él extirpe su recuerdo de la tierra. (Salmos 109, 15)

  • El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. (Salmos 112, 6)

  • Tu Nombre, Señor, permanece para siempre, y tu recuerdo, por todas las generaciones: (Salmos 135, 13)

  • divulgan el recuerdo de tu inmensa bondad y cantan alegres por tu victoria. (Salmos 145, 7)

  • él debía enviar un ejército para destruir y aplastar la fuerza de Israel, y lo que aún quedaba de Jerusalén hasta borrar su recuerdo. (I Macabeos 3, 35)

  • y todos los pueblos vecinos trataban de exterminarlos, porque decían: "Ya no tienen jefe ni nadie que los ayude. Ataquémolos ahora mismo, y borremos su recuerdo de entre los hombres". (I Macabeos 12, 53)

  • Las adornó, rodeándolas de grande columnas y sobre estas colocó escudos con armas, en recuerdo eterno. Junto a las armas, hizo esculpir unas naves, para que las vieran los que navegan por el mar. (I Macabeos 13, 29)

  • Fue del agrado del pueblo recibirlos con todos los honores y depositar la copia de sus discursos en los archivos públicos, para que sirva de recuerdo al pueblo espartano. Se ha sacado una copia de esto para el Sumo Sacerdote Simón". (I Macabeos 14, 23)

  • De este modo, Eleazar deja al morir, no sólo a los jóvenes, sino a la nación entera, su propia muerte como ejemplo de generosidad y como recuerdo de virtud. (II Macabeos 6, 31)

  • Incomparablemente admirable y digna del más glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en un solo día, soportó todo valerosamente, gracias a la esperanza que tenía puesta en el Señor. (II Macabeos 7, 20)

  • En cuanto a mí, que estoy postrado sin fuerzas en mi lecho, conservo un afectuoso recuerdo de ustedes y de sus buenos sentimientos. Cuando regresaba de las regiones de Persia, contraje una penosa enfermedad, y he creído conveniente preocuparme por la seguridad de todos. (II Macabeos 9, 21)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina