Fondare 340 Risultati per: reyes
¡Miren! Un pueblo viene del Norte, una gran nación y reyes numerosos surgen desde el confín de la tierra. (Jeremías 50, 41)
Le habló amigablemente y le asignó un sitial más elevado que el de los reyes que estaban con él en Babilonia. (Jeremías 52, 32)
Nunca hubieran creído los reyes de la tierra ni todos los habitantes del mundo, que entrarían el adversario y el enemigo por las puertas de Jerusalén. (Lamentaciones 4, 12)
para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres. (Baruc 1, 16)
Por eso el Señor ha cumplido la amenaza que había pronunciado contra nosotros, contra los jueces que gobernaron a Israel, contra nuestros reyes, contra nuestros jefes y contra los hombres de Israel y de Judá. (Baruc 2, 1)
No es por las obras de justicia de nuestros padres y de nuestros reyes, que nosotros presentamos nuestra súplica delante de tu rostro, Señor, Dios nuestro. (Baruc 2, 19)
Y nosotros no hemos escuchado tu voz, que nos mandaba servir al rey de Babilonia; por eso, tú has cumplido la amenaza que habías pronunciado por medio de tus servidores, los profetas, a saber, que serían sacados de su sitio los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestros padres. (Baruc 2, 24)
Como son simples pedazos de madera recubiertos de oro y plata, más tarde se sabrá que son pura mentira. Se pondrá de manifiesto a todas las naciones y a todos los reyes que no son dioses, sino obras de manos de hombres, y que no hay nada en ellos que sea obra de Dios. (Baruc 6, 50)
Ellos, en efecto, no pueden maldecir ni bendecir a los reyes; (Baruc 6, 65)
Porque así habla el Señor: Yo voy a traer contra Tiro, desde el Norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, y él vendrá con caballos, carros de guerra y jinetes, y con una coalición de pueblos numerosos. (Ezequiel 26, 7)
Cuando se desembarcaban tus mercaderías, saciabas a muchos pueblos; con tus muchas riquezas y tus mercancías enriquecías a los reyes de la tierra. (Ezequiel 27, 33)
Los habitantes de las costas lejanas están consternados por ti; a sus reyes se les erizaron los cabellos y tienen el rostro demudado. (Ezequiel 27, 35)