Fondare 81 Risultati per: señales y maravillas

  • canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas! (I Crónicas 16, 9)

  • recuerden las maravillas que él obró, sus portentos y los juicios de su boca! (I Crónicas 16, 12)

  • Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. (I Crónicas 16, 24)

  • Cuando tu pueblo salga a combatir contra sus enemigos, por el camino que tú le señales, si ellos oran al Señor vueltos hacia la ciudad que tú has elegido y hacia la Casa que yo edifiqué para tu Nombre, (II Crónicas 6, 34)

  • Se negaron a obedecer, sin acordarse de las maravillas que habías hecho por ellos; se obstinaron, empecinándose en volver a su servidumbre en Egipto. Pero tú eres el Dios del perdón, compasivo y misericordioso, lento para enojarte y lleno de fidelidad; por eso, no los has abandonado. (Nehemías 9, 17)

  • Ellos bendecían a Dios, entonando himnos, y lo celebraban por haber obrado esas maravillas, ya que se les había aparecido un ángel de Dios. (Tobías 12, 22)

  • Porque tú has hecho el cielo y la tierra y todas las maravillas que hay bajo el cielo; (Ester 13, 10)

  • Él realiza obras grandes e inescrutables, maravillas que no se pueden enumerar. (Job 5, 9)

  • Él hace cosas grandes e inescrutables, maravillas que no se pueden enumerar. (Job 9, 10)

  • Pero ¿no han preguntado a los que pasan por el camino? ¿No han advertido, por las señales que dan, (Job 21, 29)

  • Dios nos hace contemplar maravillas, realiza grandes cosas, que no llegamos a entender. (Job 37, 5)

  • Presta atención a esto, Job, detente y considera las maravillas de Dios. (Job 37, 14)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina