Fondare 43 Risultati per: seguía

  • Abrám cayó con el rostro en tierra, mientras Dios le seguía diciendo: (Génesis 17, 3)

  • Siempre que Moisés se dirigía hacia la Carpa, todo el pueblo se levantaba, se apostaba a la entrada de su propia carpa y seguía con la mirada a Moisés hasta que él entraba en ella. (Exodo 33, 8)

  • Desde la cima del monte, la frontera daba vuelta hacia la fuente de Neftóaj, y seguía hasta el monte Efrón, para volverse luego hacia Baalá, o sea, hacia Quiriat Iearím. (Josué 15, 9)

  • Después seguía hasta la pendiente de Ecrón, hacia el norte, giraba hacia Sicrón, y cruzando por el monte de Baalá, salía por Iabneel para ir a terminar en el mar. (Josué 15, 11)

  • La frontera de Manasés, por el lado de Aser, era Micmetat, que está enfrente de Siquém; luego seguía hacia el sur, hasta Iasib, la fuente de Tapúaj. (Josué 17, 7)

  • Por el lado meridional, el límite partía del extremo de Quiriat Iearím, seguía hacia Gasín y salía cerca de las aguas de la fuente de Neftóaj. (Josué 18, 15)

  • Luego bajaba hasta el extremo del monte que está frente al valle de Ben Hinnóm, al norte del valle de los Refaím; seguía bajando por el valle de Hinnóm, al sur del flanco de los jebuseos, y descendía hasta En Roguel. (Josué 18, 16)

  • seguía por la pendiente de Bet Joglá, hacia el norte, y terminaba en la parte septentrional del mar de la Sal, en el extremo sur del Jordán. Esta era la frontera sur. (Josué 18, 19)

  • Isbaal, hijo de Saúl, tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Sólo la casa de Judá seguía a David. (II Samuel 2, 10)

  • De pronto, Absalón se encontró frente a los servidores de David. Iba montado en un mulo, y este se metió bajo el tupido ramaje de una gran encina, de manera que la cabeza de Absalón quedó enganchada en la encina. Así él quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras el mulo seguía de largo por debajo de él. (II Samuel 18, 9)

  • Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos: el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. (I Reyes 22, 44)

  • Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos: el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. (II Reyes 12, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina