Fondare 187 Risultati per: segundo censo

  • y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día. (Génesis 1, 8)

  • El segundo río se llama Guijón: es el que recorre toda la tierra de Cus. (Génesis 2, 13)

  • También le harás un tragaluz y lo terminarás a medio metro de la parte superior. Pondrás la puerta al costado del arca y harás un primero, un segundo y un tercer piso. (Génesis 6, 16)

  • Noé tenía seiscientos años, y era el decimoséptimo día del segundo mes. Ese día, desbordaron las fuentes del gran océano y se abrieron las cataratas del cielo. (Génesis 7, 11)

  • Des-pués Bilhá, la esclava de Raquel, volvió a concebir y dio un segundo hijo a Jacob. (Génesis 30, 7)

  • Jacob dio esa misma orden al segundo, y al tercero, y a todos los demás que iban detrás de las manadas diciéndoles: "Cuando se encuentren con mi hermano Esaú, díganle todo esto. (Génesis 32, 20)

  • Y al segundo le puso el nombre de Efraím, diciendo: "Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción". (Génesis 41, 52)

  • Entonces el Señor le dijo: "Si se niegan a creerte y no se convencen ante la evidencia del primer prodigio, el segundo los convencerá. (Exodo 4, 8)

  • Luego partieron de Elím, y el día quince del segundo mes después de su salida de Egipto, toda la comunidad de los israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elím y el Sinaí. (Exodo 16, 1)

  • El primer querubín estará en un extremo y el segundo en el otro, y los harás de tal manera que formen una sola pieza con la tapa. (Exodo 25, 19)

  • Después pondrás cincuenta presillas en el borde del toldo que cierra el primer conjunto, y otras cincuenta en el borde del que cierra el segundo conjunto. (Exodo 26, 10)

  • Tomarás luego el segundo carnero, y Aarón y sus hijos impondrán las manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 19)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina