Fondare 188 Risultati per: serpiente de bronce

  • Como cuando alguien huye de un león y se topa con un oso; o al entrar en su casa, apoya su mano contra la pared y lo muerde una serpiente... (Amós 5, 19)

  • si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y agarraré; si se ocultan de mi vista en el fondo del mar, allí mandaré a la Serpiente que los muerda; (Amós 9, 3)

  • ¡Levántate y trilla, hija de Sión! Yo haré de hierro tu cuerno, y tus pezuñas, de bronce: triturarás a pueblos numerosos; consagrarás al Señor su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra. (Miqueas 4, 13)

  • Lamerán el polvo como la serpiente, como los gusanos de la tierra; saldrán temblorosas de sus refugios, irán temblando hacia el Señor, nuestro Dios, y sentirán temor delante de ti. (Miqueas 7, 17)

  • Yo levanté de nuevo los ojos y tuve una visión: Había cuatro carros que salían de entre las dos montañas, y las montañas eran de bronce. (Zacarías 6, 1)

  • ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? (Mateo 7, 10)

  • y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce. (Marcos 7, 4)

  • ¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? (Lucas 11, 11)

  • De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, (Juan 3, 14)

  • Pablo recogió unas ramas secas y las echó al fuego. El calor hizo salir una serpiente que se enroscó en su mano. (Hechos 28, 3)

  • Pero él tiró la serpiente al fuego y no sufrió ningún mal. (Hechos 28, 5)

  • Pero temo que, así como la serpiente, con su astucia, sedujo a Eva, también ustedes se dejen corromper interiormente, apartándose de la sinceridad debida a Cristo. (II Corintios 11, 3)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina