Fondare 136 Risultati per: sombra de tus alas

  • ¡Ah, país del zumbido de alas, más allá de los ríos de Cus, (Isaías 18, 1)

  • Porque has sido un refugio para el débil, un refugio para el pobre en su angustia, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. Porque el soplo de los tiranos es como tormenta de invierno, (Isaías 25, 4)

  • como el calor en el suelo reseco. Tú acallas el tumulto del enemigo: como el calor por la sombra de una nube, así se extingue el canto de los tiranos. (Isaías 25, 5)

  • Se ponen en camino para bajar a Egipto sin haberme consultado, para refugiarse al amparo del Faraón y protegerse a la sombra de Egipto. (Isaías 30, 2)

  • El amparo del Faraón será su vergüenza y la protección a la sombra de Egipto, su confusión. (Isaías 30, 3)

  • Ellos serán como un refugio contra el viento, como un reparo contra la tormenta, como una corriente de agua en suelo árido, como la sombra de un peñasco en tierra reseca. (Isaías 32, 2)

  • En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ya ha descendido". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido. (Isaías 38, 8)

  • Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan. (Isaías 40, 31)

  • Él hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba. (Isaías 49, 2)

  • Yo puse mis palabras en tu boca y te oculté a la sombra de mi mano, mientras planto un cielo y fundo una tierra, y digo a Sión: "¡Tú eres mi Pueblo!". (Isaías 51, 16)

  • Porque así habla el Señor: ¡Miren! Él planea como un águila, extiende sus alas hacia Moab. (Jeremías 48, 40)

  • A la sombra de Jesbón se detienen los fugitivos exhaustos, pero sale un fuego de Jesbón y una llama de la ciudad de Sijón; ella devora las sienes de Moab y el cráneo de los turbulentos. (Jeremías 48, 45)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina