Fondare 95 Risultati per: venta de esclavos

  • pero otros no hicieron caso de esta amenaza y dejaron en el campo a sus esclavos y su ganado. (Exodo 9, 21)

  • Y cuando, el día de mañana, tu hijo te pregunte qué significa esto, tú le responderás: "Con el poder de su mano, el Señor nos sacó de Egipto, donde fuimos esclavos. (Exodo 13, 14)

  • Si un hombre vende a su hija como esclava, ella no saldrá en libertad como salen los esclavos. (Exodo 21, 7)

  • Pero si un sacerdote adquiere con su dinero un esclavo, este podrá comer de las cosas sagradas; y también los esclavos nacidos en su casa podrán comer de su pan. (Levítico 22, 11)

  • calculará los años transcurridos desde la venta, devolverá la diferencia al comprador, y así podrá regresar a su propiedad. (Levítico 25, 27)

  • Si alguien vende una vivienda en una ciudad amurallada, su derecho a rescatarla durará hasta que se cumpla el año de su venta; el período del rescate durará un año entero. (Levítico 25, 29)

  • Porque ellos son mis servidores: yo los hice salir de Egipto, y por eso no deben ser vendidos como esclavos. (Levítico 25, 42)

  • Los esclavos y esclavas que ustedes tengan, provendrán de las naciones vecinas: solamente de ellas podrán adquirirlos. (Levítico 25, 44)

  • y podrán dejarlos como herencia a sus hijos, para que los posean como propiedad perpetua. A estos podrán tenerlos como esclavos; pero nadie podrá ejercer un poder despótico sobre sus hermanos israelitas. (Levítico 25, 46)

  • Junto con el que lo ha comprado, calculará el total de años desde el momento en que se vendió hasta el año del jubileo; y el precio de venta dependerá del número de años, computando además el tiempo en que trabajó para él, como si se tratara de un asalariado. (Levítico 25, 50)

  • Si todavía faltan muchos años, deberá devolver por su rescate una suma proporcionada al precio de la venta; (Levítico 25, 51)

  • Yo soy el Señor, su Dios, el que los hice salir de Egipto para que no fueran más sus esclavos. Yo rompí las barras de su yugo y los hice caminar con la cabeza erguida. (Levítico 26, 13)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina