Fondare 155 Risultati per: viene

  • Pero los otros le decían: «Espera, veamos si Elías viene a salvarlo». (Mateo 27, 49)

  • Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos. (Marcos 4, 15)

  • Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. (Marcos 8, 17)

  • Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban: «¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! (Marcos 11, 9)

  • ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosanaen las alturas!». (Marcos 11, 10)

  • Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo». (Marcos 15, 36)

  • él tomó la palabra y les dijo a todos: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. (Lucas 3, 16)

  • Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. (Lucas 6, 47)

  • Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: "Ve", él va; y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: "¡Tienes que hacer esto!", él lo hace». (Lucas 7, 8)

  • Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el demonio y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. (Lucas 8, 12)

  • pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. (Lucas 11, 22)

  • Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!». (Lucas 13, 35)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina