Fondare 112 Risultati per: Entregó

  • Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado. (Marcos 15, 15)

  • Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad. (Lucas 23, 25)

  • Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, (Juan 19, 16)

  • Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu. (Juan 19, 30)

  • Entonces Dios se apartó de ellos y los entregó al culto del ejército del cielo, como está escrito en el libro de los Profetas: ¿Es que me ofrecisteis víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto, casa de Israel? (Hechos 7, 42)

  • Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; (Romanos 1, 24)

  • Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; (Romanos 1, 26)

  • El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? (Romanos 8, 32)

  • que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este mundo perverso, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, (Gálatas 1, 4)

  • y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2, 20)

  • y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma. (Efesios 5, 2)

  • Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, (Efesios 5, 25)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina