Fondare 259 Risultati per: doce tribus

  • Pondréis sobre las armas mil de cada tribu, de todas las tribus de Israel.» (Números 31, 4)

  • Moisés dio orden al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los israelitas, (Números 32, 28)

  • Partieron de Mará y llegaron a Elim. En Elim había doce fuentes de agua y setenta palmeras; allí acamparon. (Números 33, 9)

  • Repartiréis la tierra a suertes entre vuestros clanes. Al grande le aumentaréis la herencia y al pequeño se la reduciréis. Donde le caiga a cada uno la suerte, allí será su propiedad. Haréis el reparto por tribus paternas. (Números 33, 54)

  • Moisés dio esta orden a los israelitas: «Este es el país que habéis de repartir a suertes, el que Yahveh mandó dar a las nueve tribus y a la mitad de la otra, (Números 34, 13)

  • Las dos tribus y la otra media tribu han recibido ya su herencia más allá del Jordán, a oriente de Jericó, hacia la salida del sol.» (Números 34, 15)

  • Y toda hija que posea una herencia en una de las tribus de los israelitas se casará con uno de un clan de la tribu de su padre para que cada uno de los israelitas posea la herencia de sus padres. (Números 36, 8)

  • No podrá pasar una herencia de una tribu a otra. Cada una de las tribus de los israelitas quedará vinculada a su heredad.» (Números 36, 9)

  • Escoged entre vosotros hombres sabios, perspicaces y experimentados, de cada una de vuestras tribus, y yo los pondré a vuestra cabeza.» (Deuteronomio 1, 13)

  • Yo tomé, entre los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y experimentados, y los hice jefes vuestros: jefes de millar, de cien, de cincuenta y de diez, así como escribas para vuestras tribus. (Deuteronomio 1, 15)

  • Me pareció bien la propuesta y tomé de entre vosotros doce hombres, uno por tribu. (Deuteronomio 1, 23)

  • sino que sólo vendréis a buscarle al lugar elegido por Yahveh vuestro Dios, de entre todas las tribus, para poner en él la morada de su nombre. (Deuteronomio 12, 5)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina