Fondare 58 Risultati per: Joás

  • Y Eliseo le dijo: "Toma un arco y flechas". Joás tomó un arco y flechas. (II Reyes 13, 15)

  • Joás, hijo de Joacaz, quitó a Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que éste había arrebatado en la guerra a su padre, Joacaz. Le derrotó tres veces, y así recuperó las ciudades de Israel. (II Reyes 13, 25)

  • El año segundo de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel, Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, empezó a reinar. (II Reyes 14, 1)

  • Hizo lo que es justo a los ojos del Señor, pero no como David, su padre. Se portó como se había portado su padre, Joás. (II Reyes 14, 3)

  • Amasías mandó a decir a Joás, hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel: "¡Ven, que nos veamos las caras!". (II Reyes 14, 8)

  • Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: "El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Da tu hija por esposa a mi hijo. Pero pasaron las fieras del Líbano y pisotearon el cardo. (II Reyes 14, 9)

  • Pero Amasías no hizo caso, y entonces Joás, rey de Israel, fue y se vieron las caras él y Amasías, rey de Judá, en Bet Semes de Judá. (II Reyes 14, 11)

  • Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet Semes a Amasías, rey de Judá; luego llegó a Jerusalén y abrió en sus murallas una brecha de doscientos metros, desde la puerta de Efraín hasta la puerta del ángulo; (II Reyes 14, 13)

  • El resto de la historia de Joás, lo que hizo y su valor cuando luchó contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 14, 15)

  • Joás murió y fue sepultado en Samaría con los reyes de Israel. Le sucedió en el trono su hijo Jeroboán. (II Reyes 14, 16)

  • Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió todavía quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. (II Reyes 14, 17)

  • El año quince de Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel, subió al trono en Samaría. Reinó cuarenta y un años. (II Reyes 14, 23)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina