Fondare 303 Risultati per: Siervo
Sibá respondió al rey: "Tu servidor hará todo lo que el rey, mi señor, ha mandado a su siervo". Meribaal comía a la mesa del rey, como uno de sus hijos. (II Samuel 9, 11)
¿Quién mató a Abimélec, hijo de Yerubaal? ¿No fue una mujer, que tiró sobre él desde lo alto de los muros una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os habéis acercado tanto a las murallas?, tú le dirás: También murió tu siervo Urías, el hitita". (II Samuel 11, 21)
pero los arqueros tiraron sobre tus siervos desde lo alto de los muros y murieron muchos siervos del rey, y tu siervo Urías, el hitita, murió también". (II Samuel 11, 24)
Absalón se presentó al rey y le dijo: "Mira, tu siervo está haciendo el esquileo. Que el rey y sus servidores se dignen venir a la casa de tu siervo". (II Samuel 13, 24)
Yonadab dijo al rey: "Son los hijos del rey que vienen; es lo que había dicho tu siervo". (II Samuel 13, 35)
El rey le preguntó: "¿No está contigo la mano de Joab en todo este asunto?". La mujer respondió: "Por tu vida, que no se desvía a la derecha o a la izquierda nada de cuanto dice mi señor, el rey: Tu mismo siervo Joab es quien me ha mandado y me ha indicado todo lo que tenía que decirte. (II Samuel 14, 19)
Tu siervo Joab ha obrado de este modo para dar otro aspecto al asunto. Pero mi señor es sabio con la sabiduría del ángel de Dios, y sabe cuanto pasa en la tierra". (II Samuel 14, 20)
Joab se postró rostro en tierra, y bendijo al rey, diciendo: "Hoy sé que cuento con tu favor, oh rey, mi señor, pues has cumplido el deseo de tu siervo". (II Samuel 14, 22)
Itay respondió al rey: "Vive el Señor y vive mi señor, el rey, que en el lugar donde esté mi señor, el rey, para la muerte o para la vida, allí estará tu siervo". (II Samuel 15, 21)
pero si vuelves a la ciudad y dices a Absalón: Yo seré tu siervo, oh rey, mi señor; antes servía a tu padre, pero ahora te serviré a ti, harás fracasar los planes de Ajitófel. (II Samuel 15, 34)
El rey preguntó: "¿Está bien el joven Absalón?". Ajimás respondió: "Yo vi un gran alboroto en el momento que Joab enviaba a tu siervo, pero no sé lo que era". (II Samuel 18, 29)
y le dijo: "¡Que mi señor no me tenga en cuenta la falta y que no recuerde el delito que cometió tu siervo el día en que mi señor, el rey, salía de Jerusalén! Que el rey no lo tome a pecho. (II Samuel 19, 20)