Fondare 97 Risultati per: entrego
Jeremías, pues, tomó otro libro y se lo entregó a su secretario Baruc, hijo de Nerías, el cual escribió en él, al dictado de Jeremías, todas las palabras del libro que había quemado Joaquín, rey de Judá. Fueron añadidas además otras muchas del mismo género. (Jeremías 36, 32)
Además, el Señor los entregó en manos de todos los reinos de alrededor para que fuesen objeto de oprobio y maldición entre todos los pueblos de los contornos, donde el Señor los dispersó. (Baruc 2, 4)
por eso yo te entrego en manos de los hijos de oriente. Levantarán en ti sus campamentos, emplazarán en ti sus tiendas, comerán tus frutos y beberán tu leche. (Ezequiel 25, 4)
por esto yo extiendo mi mano contra ti y te entrego como presa a las naciones. Te exterminaré de entre los pueblos y te borraré del número de las tierras. Te aniquilaré y sabrás que yo soy el Señor". (Ezequiel 25, 7)
En manos de los hijos de oriente la entrego, junto con los amonitas, para que no quede ya recuerdo de los amonitas entre los pueblos. (Ezequiel 25, 10)
Por tanto, esto dice el Señor Dios: Yo entrego a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el país de Egipto; él se apoderará de sus riquezas, lo saqueará, lo entregará al pillaje. Tal será la paga para su ejército. (Ezequiel 29, 19)
El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, y una parte de los objetos del templo de Dios. Él los llevó a la tierra de Senaar y los depositó en el tesoro de sus dioses. (Daniel 1, 2)
Entonces el rey mandó matarlos a todos y entregó a Bel en manos de Daniel, el cual lo destruyó juntamente con su templo. (Daniel 14, 22)
Y el señor, irritado, lo entregó a los torturadores, hasta que pagase toda la deuda. (Mateo 18, 34)
y les dijo: "¿Qué me queréis dar, y yo os lo entrego?". Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata. (Mateo 26, 15)
Entonces puso en libertad a Barrabás y les entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado. (Mateo 27, 26)
Mandó a la gente que se sentara en el suelo, tomó los siete panes, dio gracias, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los repartieran. Y los repartieron a la gente. (Marcos 8, 6)