Fondare 337 Risultati per: profeta Elías

  • Pero Josafat preguntó: "¿No habrá aquí algún profeta del Señor, para consultar al Señor por su medio?". Uno de los servidores del rey de Israel dijo: "Aquí está Eliseo, el hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías". (II Reyes 3, 11)

  • El profeta llamó a Guejazí, y le dijo: "Llama a la sunamita". La llamó y, cuando entró, Eliseo dijo: "Toma a tu hijo". (II Reyes 4, 36)

  • Y dijo a su señora: "¡Si mi señor se presentase al profeta que hay en Samaría, él le libraría de su lepra!". (II Reyes 5, 3)

  • Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: "¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta". (II Reyes 5, 8)

  • Pero sus criados se le acercaron y le dijeron: "Padre nuestro, si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil, ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio!". (II Reyes 5, 13)

  • Y uno de sus ayudantes respondió: "Nadie, oh rey, mi señor; Eliseo, el profeta que vive en Samaría, es el que comunica al rey de Israel incluso todo lo que tú dices en tu dormitorio". (II Reyes 6, 12)

  • El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: "Prepárate, toma en tu mano esta redoma de aceite y vete a Ramot de Galaad. (II Reyes 9, 1)

  • Aquel joven profeta partió para Ramot de Galaad, (II Reyes 9, 4)

  • Jehú se levantó y entró en la casa. Entonces el profeta derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: "Esto dice el Señor, Dios de Israel: Yo te unjo por rey del pueblo del Señor, de Israel. (II Reyes 9, 6)

  • Volvieron a comunicárselo a Jehú, el cual dijo: "Es el oráculo que el Señor pronunció por medio de su siervo Elías, el tesbita, diciendo: En la heredad de Yezrael comerán los perros la carne de Jezabel; (II Reyes 9, 36)

  • Reconoced que de las palabras pronunciadas por el Señor contra la casa de Ajab, por medio de su siervo Elías, ni una sola ha caído por tierra". (II Reyes 10, 10)

  • Llegó a Samaría y dio muerte a cuantos quedaban allí de la casa de Ajab, hasta que los exterminó, como el Señor había dicho a Elías. (II Reyes 10, 17)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina