8. Pero ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme; ninguno arrojó las cosas abominables que atraían sus miradas y no abandonaron los ídolos de Egipto. Entonces yo pensé derramar mi furor y desahogar mi ira contra ellos en la tierra de Egipto.





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina