11. Y ahora, oh Señor, Dios de Israel, que sacaste a tu pueblo de Egipto con mano fuerte, entre señales y prodigios, con gran poder y tu brazo extendido, y te ganaste así un nombre hasta el día de hoy,





“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina