2. Luego vi a otro Angel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Angeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar:





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina