II Crónicas, 13

La Biblia de Jerusalén

12 He aquí que con nosotros, a nuestra cabeza, está Dios con sus sacerdotes y las trompetas del clamor, para lanzar el grito de guerra contra vosotros. Israelitas, no hagáis la guerra contra Yahveh, el Dios de vuestros padres, porque nada conseguiréis.»




Versículos relacionados com II Crónicas, 13:

2 Crónicas 13 narra la guerra entre Abias, Rey de Judá y Jeroboam Rey de Israel, que se había rebelado contra Roban y formó un reino separado. Durante la batalla, Abias da un discurso que se asemeja al pueblo de Judá del pacto que Dios hizo con David y sus descendientes, y cómo este pacto les dio la ventaja moral sobre Israel.

Salmo 78:9: "Los hijos de Efraín, armados y trayendo arcos, dieron la espalda el día de la batalla". Este verso habla sobre la traición y la deserción de una tribu de Israel durante una batalla, que podría haber sido similar a la traición de Jeroboam por parte de algunos de sus hombres.

Salmo 78:35: "Y recordaron que Dios era su roca, y el dios mayor Su Redentor". Este versículo recuerda la importancia de confiar en Dios y recordar sus promesas durante los tiempos difíciles, como la batalla entre Judá e Israel.

Salmo 78:71: "Desde después de las ovejas le dio pastor, y Jacob, su pueblo, Israel, su herencia". Este versículo habla sobre cómo Dios eligió a David, un simple pastor de ovejas, para ser el rey de Israel y liderar a su pueblo, recordando el pacto hecho con David que Abias menciona en su discurso.

Isaías 55:3: "Incluya los oídos, y ven a mí; escucho, y tu alma vivirá; porque haré un pacto perpetuo, dándote los firmes beneficios de David". Este versículo habla sobre la invitación de Dios a su pueblo, ofreciéndoles la vida y un pacto perpetuo, que puede interpretarse como una referencia al pacto de Dios con David que menciona Abias.

Salmo 33:16: "No hay un rey que se salva con el Gran Ejército; ni siquiera el valiente hombre se deshace de mucha fuerza". Este versículo recuerda que la victoria en una batalla depende no solo del tamaño o la fuerza del ejército, sino también de la voluntad de Dios y la justicia de la causa.



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