27. Cuando David llegó a Majanayín, Sobí, hijo de Najás, de Rabá de los amonitas, y Maquir, hijo de Amiel, de Lodebar, y Barzilay, el galaadita de Roguelín,





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina