20. Cuando David se volvía para bendecir a su familia, Micol, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: «¡Qué honor más grande para el rey de Israel haberse hoy mostrado medio desnudo a los ojos de las mujeres de sus servidores, como si fuese un cualquiera!»





“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina