Salmos, 10
17. Tú escuchas, Señor, el ruego de los humildes, reconfortas su corazón y están atentos tus oídos
17. Tú escuchas, Señor, el ruego de los humildes, reconfortas su corazón y están atentos tus oídos
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina