Znaleziono 254 Wyniki dla: lucha de jacó con el ángel

  • El primer Ángel fue y derramó su copa sobre la tierra, provocando una llaga maligna y dolorosa en todos los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen. (Apocalipsis 16, 2)

  • Y oí al Ángel de las aguas que decía: «Tú, el que es y el que era, el Santo, obras con justicia al castigarlos así: (Apocalipsis 16, 5)

  • El cuarto Ángel derramó su copa sobre el sol, y se le permitió quemar a los hombres con fuego: (Apocalipsis 16, 8)

  • El séptimo Ángel derramó su copa en el aire, y desde el Templo resonó una voz potente que venía del trono y decía: «Ya está». (Apocalipsis 16, 17)

  • Pero el Ángel me preguntó: «¿Por qué te extrañas? Yo te explicaré el misterio de la mujer, y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos. (Apocalipsis 17, 7)

  • Los ríos -continuó diciéndome el Ángel- a cuya orilla está sentada la Prostituta, son los pueblos, las multitudes, las naciones y las diversas lenguas. (Apocalipsis 17, 15)

  • Después vi que otro Ángel descendía del cielo con gran poder, mientras la tierra se iluminaba con su resplandor. (Apocalipsis 18, 1)

  • Y un Ángel poderoso tomó una piedra del tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo: «Así, de golpe, será arrojada Babilonia, la gran Ciudad, y nunca más se la verá». (Apocalipsis 18, 21)

  • Después el Ángel me dijo: «Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero». Y agregó: «Estas son verdaderas palabras de Dios». (Apocalipsis 19, 9)

  • Después vi a un Ángel que estaba de pie sobre el sol y gritaba con gran fuerza a todas las aves que volaban en el cielo: «Vengan a reunirse para el gran festín de Dios, (Apocalipsis 19, 17)

  • Luego vi que un Ángel descendía del cielo, llevando en su mano la llave del Abismo y una enorme cadena. (Apocalipsis 20, 1)

  • Luego midió la muralla: tenía setenta y dos metros, según la medida humana que utilizaba el Ángel. (Apocalipsis 21, 17)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina