Znaleziono 921 Wyniki dla: destrucción de jerusalén

  • Yo estuve en la montaña, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. El Señor me escuchó todavía esta vez y renunció a vuestra destrucción. (Deuteronomio 10, 10)

  • Cuando supo Adonisedec, rey de Jerusalén, que Josué había tomado Ay y la había entregado al exterminio, tratando a Ay y a su rey como había tratado a Jericó y a su rey, y que los habitantes de Gabaón habían hecho las paces con Israel y que estaban con él, (Josué 10, 1)

  • Entonces Adonisedec, rey de Jerusalén, envió a decir a Ohán, rey de Hebrón; a Pirán, rey de Yarmut; a Yafia, rey de Laquis, y a Debir, rey de Eglón: (Josué 10, 3)

  • Y los cinco reyes amorreos se coligaron: el rey de Jerusalén, el de Hebrón, el de Yarmut, el de Laquis y el de Eglón; subieron con todas sus tropas, acamparon cerca de Gabaón y la atacaron. (Josué 10, 5)

  • Y sacaron de la caverna a los cinco reyes: al rey de Jerusalén, al de Hebrón, al de Yarmut, al de Laquis y al de Eglón. (Josué 10, 23)

  • el de Jerusalén, el de Hebrón, (Josué 12, 10)

  • Subía después por el valle de Ben Hinnón hasta tocar la frontera sur del jebuseo, es decir, Jerusalén, y subía a la cima del monte que da vista al valle de Hinnón, a occidente, en el extremo norte de la llanura de Refaín. (Josué 15, 8)

  • Pero los hijos de Judá no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos; por eso los jebuseos viven todavía hoy en Jerusalén junto con los hijos de Judá. (Josué 15, 63)

  • Sela Elef, Jebús, o sea Jerusalén, Guibeá y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Ésta fue la heredad de Benjamín, por clanes. (Josué 18, 28)

  • Adonisedec dijo: "Setenta reyes, cortados los pulgares de pies y manos, recogían las migajas debajo de mi mesa; Dios me paga con la misma medida". Fue llevado a Jerusalén, y allí murió. (Jueces 1, 7)

  • Los de la tribu de Judá atacaron Jerusalén y la tomaron, pasaron a filo de espada a todos sus habitantes y le prendieron fuego. (Jueces 1, 8)

  • Sin embargo, los de la tribu de Benjamín no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos, que han continuado viviendo allí hasta el día de hoy con los de Benjamín. (Jueces 1, 21)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina