Znaleziono 99 Wyniki dla: objetos sagrados

  • Y les dije: "Vosotros estáis consagrados al Señor, y sagrados son también estos utensilios; esta plata y este oro son una ofrenda voluntaria al Señor, Dios de nuestros padres. (Esdras 8, 28)

  • y el gobernador les prohibió comer alimentos sagrados hasta que se presentase un sacerdote para consultar las suertes. (Nehemías 7, 65)

  • Pero él arrasó sus templos, taló sus bosques sagrados y destruyó todos sus dioses, para que adorasen solamente a Nabucodonosor, y todas las lenguas y todas las tribus le invocasen como dios. (Judit 3, 8)

  • Hacía poco que habían vuelto del destierro, que el pueblo judío se había reunificado y que los objetos del culto, el altar y el templo habían sido purificados de su profanación. (Judit 4, 3)

  • El pueblo estuvo saqueando el campamento durante treinta días. A Judit le entregaron la tienda de Holofernes, todos sus objetos de plata, su dormitorio, su vajilla y todo su ajuar. Ella lo tomó, preparó las mulas, enganchó los carros y lo cargó todo. (Judit 15, 11)

  • Judit ofreció a Dios todos los objetos de Holofernes, que el pueblo le había entregado, y los cortinajes que ella había quitado de su dormitorio. (Judit 16, 19)

  • Se llevó también la plata, el oro, los objetos preciosos y los tesoros escondidos que encontró. (I Macabeos 1, 23)

  • Derramaron sangre inocente junto al templo y profanaron los lugares sagrados. (I Macabeos 1, 37)

  • sus objetos preciosos llevados como botín. Sus hijos muertos en las plazas, y sus jóvenes, pasados por la espada enemiga. (I Macabeos 2, 9)

  • hicieron nuevos vasos sagrados, llevaron al templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Pasan ahora por mi mente los crímenes cometidos en Jerusalén, los objetos de plata y oro que quité, los habitantes de Judea que exterminé sin motivo. (I Macabeos 6, 12)

  • Ahora nosotros, sin sentir necesidad, pues gozamos de la consolación de los libros sagrados que tenemos en nuestras manos, (I Macabeos 12, 9)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina