11. Tobías fue a su encuentro con la hiel del pez en la mano; le sopló en los ojos, lo abrazó y le dijo: "Ánimo, padre". Después le aplicó el remedio, que le provocó escozor.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina