2. Un día, unos soldados arameos entraron al país de Israel y se llevaron cautiva a una muchachita, que quedó al servicio de la mujer de Naamán.





“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina