Encontrados 99 resultados para: Anda

  • Anda, pues, come tu pan alegremente y bebe gustoso tu vino, porque Dios ha bendecido tus trabajos. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 7)

  • Si ves a un hombre realmente sensato, anda a su casa desde el amanecer, y que tus pies desgasten el umbral de su puerta. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 36)

  • Desconfía del malo: no olvides que anda tramando el mal; podría destruir tu reputación para siempre. (Sirácides (Eclesiástico) 11, 33)

  • Si no anda como le dices, ¡sepárate de ella! (Sirácides (Eclesiástico) 25, 26)

  • Si te has visto obligado a comer mucho, levántate, anda a vomitar al excusado y te sentirás aliviado. (Sirácides (Eclesiástico) 31, 21)

  • ¿Te eligieron para que organices un banquete? No te des grandes ínfulas. Compórtate con los demás como uno de ellos; preocúpate de ellos y después anda a sentarte en tu lugar. (Sirácides (Eclesiástico) 32, 1)

  • Pues así me ha hablado el Señor: «Anda, coloca un centinela para que comunique lo que vea. (Isaías 21, 6)

  • Así habla el Señor Yavé de los Ejércitos: Anda a ver a ese funcionario, llamado Sobna, que es administrador del palacio (Isaías 22, 15)

  • Anda, ahora, y escribe esto en una pizarra o en un libro, para que sea, en el futuro, algo que siempre los esté acusando. (Isaías 30, 8)

  • No conocen el camino de la paz y la justicia no se encuentra en sus empresas. Todo es chueco en sus caminos, y el que allí se mete no anda tranquilo. (Isaías 59, 8)

  • Pues Yavé lanza una proclamación, que la oigan hasta en el último rincón de la tierra: «Díganle a la hija de Sión: Mira cómo ya llega tu Salvador. Anda trayendo el premio por su victoria y delante de él van sus trofeos. (Isaías 62, 11)

  • Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque yo también podría asustarte delante de ellos. (Jeremías 1, 17)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina