Encontrados 91 resultados para: Armas

  • Allí rompió las flechas del arco, el escudo, la espada, las armas de la guerra. (Salmos 76, 4)

  • Sus armas se volvieron atrás, y no lo sostuviste en el combate. (Salmos 89, 44)

  • Almacenaron armas y alimentos, y reunieron en ella todo lo que pudieron recoger en la ciudad, llegando a ser una constante amenaza. (1 Macabeos 1, 35)

  • «Preparen sus armas y pórtense como valientes y estén listos para pelear mañana contra esos extranjeros que se han unido contra nosotros para aplastarnos y echar por tierra nuestro Lugar Santo. (1 Macabeos 3, 58)

  • y entregaste el campamento de los filisteos en poder de Jonatán, hijo de Saúl, y del que llevaba sus armas. Del mismo modo entrega ese ejército en manos de tu pueblo Israel y cubre de vergüenza a sus combatientes como a su caballería. (1 Macabeos 4, 31)

  • Judas atravesó primero hacia el enemigo, y toda su gente lo siguió. Derrotaron a todos los paganos, que abandonaron sus armas y corrieron a buscar refugio en el recinto sagrado de Carnaím. (1 Macabeos 5, 43)

  • Había en ella un templo extraordinariamente rico, en el cual se guardaban armaduras de oro, corazas y armas, que allí había dejado el rey macedonio Alejandro, hijo de Filipo, el primer soberano de los griegos. (1 Macabeos 6, 2)

  • que Lisias, aunque había ido con un ejército poderoso, tuvo que huir ante los judíos, los cuales se habían fortalecido con las armas y el abundante botín tomado a los ejércitos vecinos. (1 Macabeos 6, 6)

  • Los judíos temblaban al oír el estruendo de tal muchedumbre, el marchar de aquella masa y el chocar de sus armas. Era en verdad un ejército extremadamente grande y poderoso. (1 Macabeos 6, 41)

  • Cuando su ejército vio que había muerto, arrojaron las armas y huyeron. (1 Macabeos 7, 44)

  • Los combatientes judíos no recibirán trigo ni armas, ni dinero, ni barcos, según Roma ha decidido, sino que cumplirán gratuitamente sus compromisos. (1 Macabeos 8, 26)

  • Los aliados romanos no recibirán trigo, ni armas, ni dinero o barcos, según ha decidido Roma, y cumplirán estos compromisos sin engaños. (1 Macabeos 8, 28)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina