Encontrados 611 resultados para: Mano

  • «Recibe todo esto de su mano para el servicio de la Tienda de las Citas. Dáselo a los levitas, a cada uno según su servicio.» (Números 7, 5)

  • Yavé le dijo a Moisés: "¡Así que la mano de Yavé es muy corta! Ahora verás si mi palabra se cumple o no". (Números 11, 23)

  • Moisés levantó su mano y golpeó dos veces la roca con su varilla. Entonces brotó agua en abundancia y tuvieron para beber la comunidad y su ganado. (Números 20, 11)

  • Edom respondió: "No pasarás por mi territorio, si lo haces saldré a tu encuentro con la espada en la mano". (Números 20, 18)

  • La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)

  • Balaam le respondió a su burra: ¿Y hasta te burlas de mí? Ojalá hubiera tenido una espada a mano porque te habría dado muerte inmediatamente. (Números 22, 29)

  • Entonces Yavé abrió los ojos de Balaam: vio al ángel de Yavé de pie en medio del camino, con su espada desenvainada en la mano. Se arrodilló y se postró con su nariz en tierra. (Números 22, 31)

  • Yavé respondió a Moisés: «Llama a Josué, hijo de Nun, hombre en que está el Espíritu, y pon tu mano sobre él. (Números 27, 18)

  • Le impuso su mano y lo estableció como Yavé había dicho por intermedio de Moisés. (Números 27, 23)

  • Si lo ha herido con un arma de piedra que tenía en la mano, y el otro muere, es un asesino y debe morir. (Números 35, 17)

  • Salvará a este hombre de la mano del vengador de la sangre y lo hará volver a la ciudad de asilo en la que se refugió. Allí vivirá hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo santo. (Números 35, 25)

  • La mano de Yavé hizo lo necesario para eliminarlos del campamento hasta que desaparecieran todos. (Deuteronomio 2, 15)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina