Encontrados 96 resultados para: Santa

  • Durante el reinado de Asarjadón volví a mi casa y me devolvieron mi esposa Ana y mi hijo Tobías. En Pentecostés, que es la fiesta santa de las Semanas, me prepararon un gran banquete y me dispuse a comer. (Tobías 2, 1)

  • ¡Que todos en Jerusalén le den gracias! Jerusalén, ciudad santa, (Tobías 13, 10)

  • Dame palabras seductoras para herir y matar a los que vienen como enemigos de tu alianza, de tu santa Casa, del monte Sión y la Casa que pertenece a tus hijos. (Judit 9, 13)

  • Señor, ¿quién entrará bajo tu tienda y habitará en tu montaña santa? (Salmos 15, 1)

  • Envíame tu luz y tu verdad: que ellas sean mi guía y a tu santa montaña me conduzcan, al lugar donde habitas. (Salmos 43, 3)

  • Padre del huérfano, defensor de las viudas, ese es Dios en su santa morada. (Salmos 68, 6)

  • Es que se acordó de su santa palabra que le dio a Abrahán, su servidor; (Salmos 105, 42)

  • se hicieron prepucios y renegaron de la Alianza Santa, para unirse a los paganos y pecar libremente. (1 Macabeos 1, 15)

  • Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquella comida (prohibida por la Ley) que violaba la Santa Alianza. (1 Macabeos 1, 63)

  • y dijo: «¡Pobre de mí! ¿Acaso he nacido para ver la ruina de mi pueblo y la destrucción de la ciudad santa? ¿Voy a quedarme sentado cuando está en manos de enemigos, y su santuario en poder de extraños? (1 Macabeos 2, 7)

  • Desde hoy, y para siempre, Jerusalén será Ciudad Santa y libre con todo su territorio, con derecho de percibir diezmos y tributos. (1 Macabeos 10, 31)

  • El año ciento sesenta y nueve, siendo rey Demetrio, nosotros los judíos les escribimos en el peor momento de las pruebas que estábamos soportando en esos años. Y les decíamos: «Jasón y sus partidarios han traicionado la causa de la Tierra Santa y del Reino, (2 Macabeos 1, 7)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina